A través de ejercicios de mystery shopper en más de 20 cafeterías, de entrevistas a profundidad con el público meta y de etnografías, se encontró que existe un cliente que no está dispuesto a pagar por la experiencia, cuando solo desea un café; tenía como únicas opciones tiendas de conveniencia (i.e. Oxxo), cuyas experiencia de marca eran inexistentes. Al encontrar este blue ocean se creó una marca con un color distinto a los competidores (morado) y se le construyó un universo significante: las tiendas (diseñadas por nosotros) se llamaban “moradas”, se creó una bebida de la casa inspirada en el nombre “Cortao”, se idearon nombres lúdicos para los producto, se ilustraron los monumentos más representativos de cdmx, que fueron usados para dar una arquitectura de empaque a los tamaños de vasos y se hicieron cientos de ilustraciones que retrataban al chilango siempre a prisas, volviéndose esa imagen el eje rector de la marca.