Las etnografías, entrevistas con actores clave y análisis de mercado arrojó que el mundo de las fibras es racional y poco amigable; el público en general se siente intimidado y poco atraído. Por otro lado, este proyecto rompía todos los paradigmas políticos, legales y sociales hasta entonces existentes, ya que planteaba la difusión de cualquier frontera ideológica, cultural y operacional. A través de una identidad simple y mensajes clave emotivos, se rompió el esquema comunicacional de la industria. El símbolo muestra una región unificada, en constante construcción y crecimiento. Se eligió una paleta que representara los colores más encontrados en las banderas de los países participantes. El nombre es literal, contundente y descriptivo, lo que permitiría a los inversionistas y stakeholders versados comprender el proyecto desde un inicio (requisito clave para levantar el capital de la primera ronda de inversión).